Este es un Blog, en el que esperamos plantear situaciones de criticas y comentarios sobre todo aquello que verse o en lo que se involucre la ética jurídica y la Deontología Profesional
jueves, 21 de febrero de 2013
Deontología Jurídica en España
Se ha dicho alguna vez que es más
importante la forma en que una persona desempeña una profesión y no tanto “en
qué consiste esa profesión”. Esta expresión resume la esencia de lo tratado en
este artículo. Para corregir buena parte de los males que aquejan a la abogacía
actual, debemos renfocar la deontología jurídica de cara al siglo XXl
El deber del abogado
Los abogados están sujetos a una serie
de deberes que van más allá de los que pesan sobre el resto de ciudadanos,
debido a la función social que poseen.
Al igual que los doctores poseen los
conocimientos para curarnos o matarnos, de forma analógica los abogados
poseemos los conocimientos para que se pueda hacer justicia o no y/o conocerse
la verdad, ante un problema determinado. Citando a Nielson Sánchez-Stewart:
“El abogado es un operador esencial e
irremplazable en la administración de justicia y en el funcionamiento de uno de
los poderes del Estado y es pieza fundamental en la confianza que dispensa –o
no dispensa– a ese servicio público”.
Con más razón todavía el
comportamiento moral y ético del abogado debe procurar ser ejemplo para los
demás profesionales de su área y modelo a seguir por el resto de los
ciudadanos.
Si aquellas personas llamadas a ser
los auxiliares de la justicia en el mundo no conocen ni observan las normas de
comportamiento para con sus colegas y para sus clientes, entonces podrá
afirmarse que es solamente cuestión de tiempo para que la sociedad misma le
pase factura a dicho colectivo.
En este caso, la fundamentación de los
códigos profesionales es clara: pretenden la promoción de un modelo
profesional, con pautas o guías de comportamiento para sus miembros y, al
tiempo, ofrecer un estándar de calidad que dé confianza a la sociedad.
Lo que el cliente y la sociedad
demandan del abogado
Para el 72 por ciento de los españoles
la tarea del abogado no es tanto defender lo justo como aquello que beneficia a
su cliente. Lo que la ciudadanía espera del abogado (de su abogado) es una
entrega incondicional a la defensa de los intereses de sus representados
Y es que las dimensiones éticas son
algunas de las razones evaluadas por el cliente a la hora de elegir un abogado.
De esta forma, si el abogado posee una ética determinada en alguna medida por
el ámbito característico de su actividad, dicha ética tiene como eje principal
el amor al derecho, ya que, resultará muy difícil desarrollar alguna actividad
profesional sin cierta estima o aprecio hacia ella
De los grandes juristas debemos
fijarnos siempre en su amor al derecho a través de sus obras. Un amor al
derecho evidenciado mediante la aplicación de los grandes principios jurídicos
ejercidos dentro del compás de la deontología jurídica. Todo gran jurista será
buen compañero, buen empleado, buen ciudadano y, al fin de cuentas, buen
abogado. Es tiempo de que comencemos a aplicar este símil a los grandes
despachos de abogados.
Hoy en día, tal vez más que nunca, la
deontología jurídica debe adquirir la notoriedad y el cuidado que siempre ha
acompañado a las grandes juristas de la historia. Los códigos deontológicos
encarnan el credo que todo abogado debería predicar a lo largo de su carrera.
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muy bien!
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